Pensaba que los primeros culpables habían sido los motores a explosión, pero WH Hudson me desayuna (si bien él lo escribió hace cien años yo recién lo leo) en sus memorias “Far Away and Long Ago. A Childhood in Argentina.” que ya en la segunda mitad del siglo XIX Buenos Aires era una ciudad con llamativo nivel de ruido, eso gracias a las ruedas sin suspensión de los carros tirados por caballos y su repiqueteo sobre el empedrado:
"As they were then paved the streets must have been the noisest in the world, on account of the immense numbers of big springless carts in them."
Ese bochinche marcó la percepción del muy joven Hudson, que vivía en el campo y estaba acostumbrado a escuchar sólo pájaros - los pájaros que lo apasionaron toda su vida - vacas, ovejas y caballos y el viento entre los árboles, además de unas pocas voces humanas.
Ahora, en la esquina de Corrientes y Pellegrini, junto a la cuadra peatonal de Diagonal Norte, hay, además del constante rugir y graznar del tránsito, un dj que administra sonidos electrónicos y procura, quizás, endulzar el oído de los caminantes. Se lo distingue junto a su instrumental visitendo una remera negra, en blanco lleva la inscripción bailen putos. Así lo hemos identificado A., M. y yo cuando hemos hablado de él, el tipo para nosotros es simplemente el bailenputos. (A., con quien no tenía contacto desde hacía varios días, me manda un mensaje de texto con la sola intención de informarme que el tipo ha cambiado de remera, ahora la frase es no se amarguen, estoy sin pareja, o algo por el estilo.)
No sé cómo le estará yendo al fulano con el reconocimiento popular, o cuántas
monedas le dejarán los ríos de gente que se entrechocan en la vereda. Por mi
parte, su arte o el de los dj como especie se me antoja extraño, será una cuestión
generacional o de gustos pero yo no percibo más que un constante chingui
chingui que me aletarga, me haría falta
alguna ayuda química o alcohólica para lograr un maridaje que deviniera en
sentido, qué se yo, ciertamente no es mi palo, not my cup of tea.
Y en cuanto a cómo medir el talento puesto en juego, sea por un Guetta o por un anónimo bailenputos, me declaro incapaz, no sé si es todo pura máquina de ritmo y grabaciones, ni cuánta es la intervención del ejecutante, si la hay, y en esto comparto el juicio tajante del áspero y recordado Pappo, que no los consideraba colegas, músicos, pares. En fin, habré quedado tirado en la banquina de las modas sonoras, nada demasiado grave. Al menos hasta que un Mozart o Miles Davis del techno me rescate.
De todas formas el empeño del tipo de Corrientes y Pellegrini sí tiene algo que enternece, más allá de que sea ése su modo personal y original de rebuscarse el sustento en la jungla urbana: intentar armonizar con una banda sonora el caos porteño parece una tarea de cíclope.
Y en cuanto a cómo medir el talento puesto en juego, sea por un Guetta o por un anónimo bailenputos, me declaro incapaz, no sé si es todo pura máquina de ritmo y grabaciones, ni cuánta es la intervención del ejecutante, si la hay, y en esto comparto el juicio tajante del áspero y recordado Pappo, que no los consideraba colegas, músicos, pares. En fin, habré quedado tirado en la banquina de las modas sonoras, nada demasiado grave. Al menos hasta que un Mozart o Miles Davis del techno me rescate.
De todas formas el empeño del tipo de Corrientes y Pellegrini sí tiene algo que enternece, más allá de que sea ése su modo personal y original de rebuscarse el sustento en la jungla urbana: intentar armonizar con una banda sonora el caos porteño parece una tarea de cíclope.
* * *
Leo en la novela el principio de una frase: “El espejo le
devuelve la imagen…” y me rebelo y le reprocho en la callada voz alta de mi
conciencia al autor, cuándo, decime cuándo un espejo, artefacto bobo si los hay, le ha devuelto algo a alguien,
al menos los espejos con los que yo me cruzo jamás me han devuelto nada, menos que menos la imagen con aquel despreocupado gesto, ése que tenía yo hace
mucho, mucho tiempo. El único gesto que hoy me importaría recuperar.
Como decís......hay algo que lo enternece. No solo intentar disminuir el caos sino atrevérsele a la bandada de caras de culo que portan los que suelen ir al centro.
ResponderEliminarEn cuanto a los espejos...si devuelven algo y es a los que no tienen conciencia de su juego. Ramiro mira fascinado a otro bebe y otro padre y se rie de buena gana.
Recuperar de algún modo el gesto de preocupación tiene que ser un objetivo imperioso.
Abrazo!
Me gusta esa idea, tratar de vernos como lo hace Ramiro, como si no nos conociéramos, sin memoria del pasado ni conciencia del futuro. Abrazo, Dany.
EliminarSupongo que mucho de eso tiene que ver con lo que Baricco esboza en Los bárbaros. El avance por el camino más corto. La pérdida del "alma" de las cosas. Y no sé si es cuestión de todo "tiempo pasado fue mejor", pero este tiempo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué buen punto. Me sumo al comentario.
EliminarNo fue mejor el pasado, pero creo que sí fue un tiempo menos cínico. Abrazo, Darío.
Eliminarel hoy es lo que vale
ResponderEliminarintrigante y bello tu texto
Gracias, me intriga qué te habrá parecido intrigante.
Eliminar1. no soporto la música electrónica.
ResponderEliminar2. sé que el espacio público es eso-público- y entonces hay que bancarse al señor bailenputos y su música en pleno centro, o a un grupo de percusionistas practicando- horas- un domingo a la tarde en una plaza (cuando uno deseaba tanto algo de silencio y de pajaritos), o al caballero que estaciona su auto cerca de un bosque y, sin ninguna consideración por el gusto musical y/o la necesidad de calma ajenos, decide ostentar la potencia de sus parlantes vía música electrónica, reguetón o Ricardo Arjona, un suponer.
3. habría que probar con el espejo de Alicia...
Salut, Rob.
1. Yo la soporto pero me adormece.
Eliminar2. Los que hacen ruido en los parques deberían ser multados.
3. Ah, ¡claro que sí!
Salut, Betina.
Hace unos días leí que Sábato ha dicho que sólo los tontos son felices. Dolina, por su parte, sostiene que uno hace chistes sobre supositorios para olvidar que va a morirse.
ResponderEliminarPienso que así como solemos asociar el sentido del humor con la inteligencia (¿se puede acaso bromear si primero no se comprende?), podríamos también considerar a la felicidad como una elección de alto vuelo. Elegir recuperar el gesto despreocupado a pesar de lo que sea. Hasta el mismo espejo.
Yo antes compartía eso que dice Sábato, ahora no (puedo volver a cambiar varias veces de opinión, por supuesto). Y sí, coincido con Ud., la felicidad es una elección, un producto no tanto de la inteligencia sino de cierta misteriosa sabiduría, adquirida o innata. Besos, Maia.
EliminarSi hay pocas cosas que no extrano de Baires es esa esquina y casi toda Corrientes, esta ultima desde los ultimos cinco anios .
ResponderEliminarla musica sobre el ruido no hace mas que molestar, mas. aunque sea el mismo Bill Evans.
Borges reiteraba el tema del espejo ... por eso se hizo ciego
Un beso Rob
Mary, más que esa esquina o Corrientes, ha cambiado nuestro modo de comportarnos, nuestro modo de tratarnos, nuestra (in)tolerancia. No es (solamente) culpa de peores o mejores gobiernos, somos nosotros. Beso, Mary.
EliminarDespués de la dura crítica de Pappo, certera según mi entendimiento, los bailenputos tienen que ser muy machos para salir a la calle o muy poco criteriosos. Dada la elección de remeras del individuo en cuestión, me inclino por esta segunda opción.
ResponderEliminarRescatemos que el personaje tiene, al menos, original sentido de autopromoción. Mirá vos si llega a ser famoso... Besos, Malena.
EliminarHudson, me trajo recuerdos, Rob, y a veces está bien ver lo que el espejo nos devuelve.
ResponderEliminarAmo Buenos Aires, quizás porque no nací aquí. Hoy, al volver del trabajo en medio de un caos lo pensaba.. siento esta ciudad como mía, algo que nunca me pasó con mi ciudad natal.
A diferencia de Mary, creo que la Avda Corrientes, en cada cuadra, refleja a esta ciudad.
Hudson y su exquisito sentido de la observación. Algo que comparte con vos, creo.
Un beso.
¿Leíste a Hudson? Un libro hermoso, ése de las memorias de infancia. Nací en BA y, hoy lejos, la amo mucho más de lo que la odio. (Hudson era un finísimo observador, yo soy un pobre aprendiz en ese aspecto.) Besos, Caia.
EliminarTe puedo hacer un remix de tu post?
ResponderEliminar"aquel despreocupado gesto, ése que tenía yo hace mucho, mucho tiempo. El único gesto que hoy me importaría recuperar."....
:(((((
Bailemos putos!!
¡Maus! ¡Bienvenida siempre! (Vos tendrás tu propia percepción de cuánto de cierto hay en esa frase del "remix"). Besos.
Eliminar¡Volviste al ruedo, Rob! No me había dado cuenta, la verdá.
ResponderEliminarTengo mi opinión sobre los DJ y su “música electrónica”: es un simple y mediocre collage rítmico de sonidos y melodías ajenas. De alguna manera representan el actual bastardeo de la inspiración artística. El absoluto relativismo: cualquier puede ser considerado artista.
Y coincido con la visión de Darío, asistimos a la pérdida del alma de las cosas (o de la capacidad humana para percibirla, cuanto menos). Nos hemos embrutecido mucho.
En cuanto al espejo, a mí no me devuelve nada pero a veces me quita el humor.
Un abrazo.
Hermes, andamos los dos medio discontinuos con nuestros blogs, veo. En cuanto a tu aguda observación, signos de ese embrutecimiento los compruebo en mi mismísima persona. Abrazo.
EliminarY seguí tus huellas desde mi blog y zácate! me encontré con el tuyo. Y mientras llueve en Buenos Aires,pienso: esquina jodida la de Corrientes y Pellegrini. 15 años trabajando a metros de ahí. Renuncié hace un tiempo largo y opté por laburar cerca de casa. Después me preguntan la razón por la cual sigo viviendo en Ramos Mejía. Nada como los pájaros del lejano Oeste -que si bien te hechan merde por todos lados- cuando cantan, uno siente que la vida puede ser estupenda.
ResponderEliminarComo bien confirma Hudson el bochinche es una característica casi genética nuestra. De todas formas no me resigno.
Con tu permiso me quedo merodeando tu casa, mi amigo!
Saludos y en mi caso particular "Larga vida al blues"
P/D: Y a no claudicar con respecto a recuperar el gesto despreocupado! Cuando uno menos lo espera aparece y es bueno estar atento ;)
Tardíamente te doy mi más cálida bienvenida por acá. El gesto despreocupado me lo devolverá... ¿el Alzheimer? Saludos, Borjas.
Eliminary cuando los leo el sabor a Buenos Aires me llega lentamente inudándome ....
ResponderEliminarPor entero!!!
Contesto esto días después de tu frase, y a la palabra "inundar" no puedo sino darle otra triste y actual connotación (que claramente vos no podías prever). Buenos Aires tiene su lado duro, muy duro. Saludos, MuCha.
EliminarNunca he estado en Bs As; y por como la imagino casi que no dan ganas de estar ahi.
ResponderEliminarSin embargo, todos los que han vivido ahi confiesan la nostalgia... hay algo que no cuadra! (o cuadra mucho, jajajaja)
Abrazo!
¡Luigi querido! Si París bien vale una misa, BA al menos vale una visita. ¡Palabra de porteño! Abrazo.
EliminarHoy no hay ruido en esta Malos Aires, y sin embargo todo me altera igual. O quizá sea la nada misma. Un abrazo.
ResponderEliminarSé que no has pasado días livianos últimamente, pero el sol siempre vuelve a calentar. Beso, Danixa.
EliminarTodos los ruidos de Buenos Aires alteran, provengan de quien provengan y con la remera que sea. Lo único bueno de los espejos, creo yo, es que no devuelven los ruidos.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué bueno verlo aquí, Mr. Yoni. Fina su observación de la no devolución de ruidos de parte del espejo. Aunque, agregaría yo, tal carencia se remedie con el estallido que producen al hacerse añicos. Saludos, YB.
EliminarEs extraño... me encantó leer una historia en la cual pudiera ubicarme, sentirme allí, aún siendo de otro país. Identificación que le dicen.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
... y no es poco frecuente que también nos ocurra lo contrario, sentirnos "de otro país" en el propio país.
ResponderEliminarAbrazo, Humberto.
Escuchaste Kings of Convenience?
ResponderEliminarAlgunas canciones, me gusta cómo suenan.
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