Un mediodía de fin de invierno, frío y soleado. De pie, rodeamos el hoyo reciente, mientras empleados municipales bajan el ataúd. Llanto, abrazos, flores. Mis ojos, que no pueden ver más, que no quieren ver más y se enfocan en los árboles distantes.
Alguien coloca sobre la tapa una foto de los dos que se amaron, que amaron y que fueron amados. Esa foto: botella al mar que algún desconocido interpretará, cuando también nosotros hayamos pasado.
Creo que sé de qué foto hablás, y hoy pedí que me den una copia para tener acá.. Es hermosa..
ResponderEliminarQuiero hablar con vos, hace tiempo que no estás al teléfono. Te mando un beso grande.