El pasajero que acaba de descender del avión aguarda por su equipaje al costado de la cinta transportadora. Cuando la cinta se pone en movimiento aparecen valijas, paquetes, bolsos, un carrito de bebé... Él espera paciente. Al cabo de diez minutos ya todos han encontrado lo suyo y se han ido, sólo quedan dando vueltas sobre la cinta tres piezas que nadie ha reclamado: una valija verde claro, otra azul oscuro, una caja negra. No está ahí su valija, que es negra.
Algo nervioso, acude al mostrador de reclamos. Lo atienden amablemente, él declara que falta su equipaje. La empleada, no obstante sugerir la posibilidad de que otra persona lo haya tomado por error, ante la insistencia del pasajero lo acompaña hasta la cinta. Él entonces le explica que de las únicas dos valijas a la vista, una color verde claro y otra azul oscuro, ninguna es la suya, que es negra.
Para reforzar su argumento invita a la empelada a verificar los números de las etiquetas. Y ahí sucede lo curioso: los números de la valija azul oscuro son exactamente los de su ticket. Esa valija suya que siempre ha tenido por negra es indudablemente azul.
Unos años antes...
Viajando en auto por una ruta cercana a la ciudad, pinchazo. Estaciona, desciende, saca el crique, la llave cruz, levanta el auto, afloja y saca las tuercas. Toma la rueda para sacarla, está trabada. Hace toda la fuerza que puede, la rueda no sale.
Se incorpora, habla con su acompañante, le explica que algo impide el libre movimiento de la rueda, no sabe qué pueda ser, deberían llamar a un auxilio mecánico - una molestia adicional, está en un descampado, no es época de celulares todavía.
Sin saber bien qué hacer vuelve a sentarse frente a la rueda cuando, de pronto, al mirar por enésima vez lo mismo, sus ojos ven: ven que todavía hay una tuerca que permanece firme en su sitio. Tan sencillo. Esa tuerca siempre estuvo ahí, bien a la vista. Pero fue invisible para él.
¡Qué lindo!
ResponderEliminarPara mí que alguien puso la tuerca mientras tanteaba la posibilidad del auxilio.
Será que vemos las cosas diferentes a lo que en realidad son. Quizás una realidad que nos formamos, a veces por conveniencia, a veces ni eso. O quizás cada uno ve las cosas como quiere, quién sabe cual es la realidad?
ResponderEliminarA veces, también, dejamos de ver, eso es más usual, la vida nos convierte en ciegos, lo bueno es no resignarse y tratar de descubrir esas señales.
O quizás hablamos, simplemente, de un tipo distraído y que se niega a usar lentes, a no chocarse una pared, plis.
:)
Ohhhhhhhhhhh...y cuantas cosas pasan frente a nuestros ojos y simplemente, no las vemos. (o no queremos verla). Y después, a veces, nos hacemos lo sorprendidos...no la vi...
ResponderEliminarEn un curso que tomé, nos invitaban a hacer un ejercicio de "observación de lo obvio". Es necesario, a veces no vemos lo evidente o, por el contrario, vemos lo que no está allí.
ResponderEliminarUn ejemplo dramático se da en una película con Denzel Washington, donde una mujer (preciosa, vestida de fiesta) baja despacio la escalera de un lugar recientemente siniestrado por una bomba, gira sobre si misma... y nos deja ver que ha perdido un brazo. Lo que hace a la escena tan impactante, es que justamente dábamos por sentado ese segundo brazo.
Rob, amigo mío, ¿cuantas cosas no habrán sido invisibles a nuestros ojos a lo largo de los años?
ResponderEliminary lo que es peor, ¿como habrían influido en nuestras existencias en el caso de haberlas detectado?
un abrazo
Resulta realmente impresionante el instante en que uno descubre lo que siempre estuvo ahí.
ResponderEliminarRevelaciones que congelan como un flash, la evidencia de estar por primera vez donde siempre estuvimos o de mirar lo que tantas veces vimos.
Abrazo y buen domingo!
Yo soy de las que se enterca con la negrura de las valijas azules. Y me pongo ciega (y daltónica) y no puedo ver lo que está frente a mis ojos.
ResponderEliminarCreo que todos tenemos puntos de vista casì parecidos, algunas veces tenemos las cosas durante tiempo delante de nuestras caras y no la vemos, hasta que un dìa lo descubrimos, algo sucede que hace que podamos ver lo que no vimos durante mucho tiempo.
ResponderEliminarPor ejemplo el dueño de la valija seguramente cuando la comprò pensò que era negra y en realidad siempre fue azul, es que veia otra cosa.
Ud. sabe Rob yo tengo problemas para distinguir el azul del negro, no lo digo en forma irònica, me pasar seriamente, tambièn para ver algunas cosas que he tenido ante mis narices y quizas no querer o no poder verlas.
Que buen relato.
le mando saludos.
cr, no contaba con esa posibilidad, pero ahora que lo decís...
ResponderEliminarlop, (gracias por visitarme), que el protagonista de las anécdotas es bastante distraído, eso puedo asegurarlo.
Curiyú, soy capaz de no ver transatlánticos a diez metros. Abrazo.
Maia, a algunos nos vendría muy bien ese curso. Entrenarse para ver, para enterarse de cómo es realmente el mundo.
leamsi, tal vez mejor no saberlo nunca, "ojos que no ven..." Abrazo.
Condesa, como Ud. dice, ese instante de repentina percepción de lo evidente produce una sensación muy extraña. Abrazo.
Malena, yo era tan feliz con mi valijita negra. Además uso anteojos, pero no es disculpa.
VeR, en sentido más profundo, uno ve lo que quiere o puede. A veces vemos tarde. A veces nunca. Y otras vemos y no podemos creer lo que vemos. Saludos.
confieso, soy ciega tb!
ResponderEliminares un alivio cuando la catastrófica realidad al final era sólo mental!
uffffffffffffffff
PD: tengo un escrito que habla de los fondistas que te puede interesar.
el eterno mundo de las sombras de Platon ... la realidad no existe es solo la "percepcion" de la Idea que sí es inmutable
ResponderEliminarYou're right :)
La primera parte del post de podría comentar con una de las fantásticas cintas transportadoras de Guillermo Kuitca.
ResponderEliminarEn cuanto al resto para mi es evidente que hay alguien que se divierte (y mucho) con nosotros.
Saludos
http://elcaballerodelaluna2.blogspot.com/2011/05/una-figura-en-la-pared.html
ResponderEliminarhoy asocie esto con tu post
Un beso
No hay nadie que se divierta con nadie, ese hombre realmente necesitaba anteojos :))))))
ResponderEliminarlindas historias
saludos!!
Alelí, seguro me interesa ese escrito, páseme las coordenadas, por favor. Saludos.
ResponderEliminarMary, lo mío es bastante menos filosófico, me temo, de la Idea tengo muy, muy poca idea. Saludos. Ah, ya voy hacia ese link, gracias.
Opi, en el Malba he visto alguna de las cintas de GK, fantásticas. En cuanto a su sospecha, la comparto por completo. Saludos.
Kaki, los colores pueden confundirse, pero créame que esa tuerca era muy fácil de ver. Saludos.
Un posteo que parece escrito por mi, pero bien. Seria largo decirte cuanto de Invisible hubo en mi vida, revelado luego como en la magia, dejandome aturdida y refregando mis ojos.
ResponderEliminarUn beso.
tres, pues me encantaría leer algo de eso - o todo - en tu blog. Un beso.
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