Es casi lugar común de especialistas o de simples aficionados a la música vocal sostener que DFD fue el mejor intérprete de nuestra época en el repertorio clásico, en especial - pero no solamente - del lied, como se conoce a la canción romántica en alemán.
Barítono, no fue tanto por la calidad de su voz que se distinguió sino por su enorme inteligencia para usarla, para decir los textos, darles sentido, ahondar psicológicamente en ellos. Su excelencia fue fruto de lo que él consideraba la función más importante de un intérprete: construir con la audiencia un sentimiento común de amor por la música. También del constante estudio y perfeccionamiento a lo largo de seis décadas de carrera.
Tuvo un repertorio extenso en autores y en estilos, más de 3000 obras de tres siglos; de todas consideró a Winterreise ("Viaje de Invierno", uno de los varios ciclos de poemas que musicalizó Franz Schubert) su desafío mayor, tan así lo sentía que lo grabó completo en siete ocasiones. Paralelamente encarnó con parejo éxito decenas de roles operísticos. Por fortuna para nosotros, abundan los registros grabados en disco y película.
A muchos el arte de DFD nos ha educado el oído, nos ha enriquecido el paisaje de la sensibilidad, nos ha conmovido. Sin duda tres cosas para agradecerle.
Ud. tiene la virtud de abrirme nuevas ventanas, Rob.
ResponderEliminarEstaba demasiado calmo este mar, ¡me alegra su vuelta!
Un abrazo
(Como a mí su vuelta). No me considero muy virtuoso, pero claro que me hacen cosquillas los elogios. Eso sí, mejor cerremos la ventana porque estoy hiper congestionado.
EliminarBesos, Condesa.
No lo conocía y tal vez no tengo el oído muy educado para saborear a estos clásicos, pero al dar play al video y escucharlo, se me puso la piel de gallina.
ResponderEliminarY alguien que enriquezca el paisaje de nuestra sensibilidad no puede menos que ser un gran maestro.
Siempre hay maestros, en toda disciplina, que marcan una época y vale la pena conocer y apreciar, si uno tiene la chance. Te aclaro que soy simple aficionado.
EliminarBesos, Magah.
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ResponderEliminarNo tengo una cultura clásica como para apreciar en toda su dimensión un gran barítono o un gran tenor, supongo que es algo que se logra con las sucesivas escuchas, o con una enseñanza quizás de un antecedente familiar.
ResponderEliminarSin embargo mi pasión por la música hace que tenga mis oídos abiertos a escuchar una infinidad de estilos, y saber reconocer algo de calidad en ellos.
La música es una suma de emociones que mueven nuestra fibras más íntimas, dejando toda nuestra sensibilidad a flor de piel.
Y esa pasión que irradian éstos grandes como Fischer al interpretar una obra es lo que se transmite al espectador, y es lo que les reconocemos y agradecemos.
Saludos.
Como dije por ahí, soy simple aficionado. Largas horas de infancia y adolescencia escuchando Radio Nacional y la vieja Radio Municipal se ve que tuvieron su efecto. Igual, sé que Ud. es hombre de amplísimo criterio, de eso se trata.
EliminarAbrazo, Eric.
(Eric, Ud. me da vuelta y media con su sapiencia musical.)
EliminarMe da una profunda y sana envidia todo lo que decís. Tampoco tengo esa cultura clásica. Pero me gusta leer de esa educación "sensible" que les ha prodigado el tipo, e insisto, te envidio sanamente. Un abrazo.
ResponderEliminarVos tenés altísima sensibilidad con la palabra, cosa que yo a mi turno también envidio.
EliminarAbrazo, Poeta.
Sentido homenaje expresan tus palabras.
ResponderEliminarA mi me remitió a mi infancia, mi padre aficionado a la música clásica y mi madre concertista. En aquel entonces no entendía su música, debo confesar que hoy tampoco, solo se que cuando escucho se me estremece la piel y me da en el ombligo.
Un abrazo.
Es una música maravillosa y si además tenés ocasión y ganas podes profundizar toda una vida, conociendo y disfrutando cada vez más.
EliminarAbrazo, Cecy.
Me gustaría tener una mejor relación con este tipo de música. Así poder disfrutarla como seguramente hacés vos. Un abrazo!
ResponderEliminar¡Hay tiempo! Aprovechá ahora que Waters hizo una pausita, :).
EliminarAbrazo, Dany.
Qué placentero ha sido para mí escucharlo, gracias!
ResponderEliminarMe trajo mucha serenidad y deleite.
Coincido con la Condesa sangrienta :)
Gute Nacht!
Un modo más de disfrutar de eso que vos tan bien conocés y explorás, el universo de los sonidos y los textos cantados.
EliminarGute Nacht!
Debo reconocer mi ignorancia supina.
ResponderEliminarLeí la noticia pero no tenía ni idea de quién era.
Tal vez acá aprenda un poco.
Bacione
¡Hola Nina! No se si este es lugar para aprender, pero seguro es bueno compartir gustos, así como yo me maravillo en tu mundo de colores y formas.
EliminarBaci, Signora.
Rob: no sé porque recordé a Helge Roswaenge
ResponderEliminaren el postillon de Longjumau, con sus impresionantes agudos,
o a Jussi Bjorling en "Nessun dorma", dos
tenores brillantes.
Y "Di Provenza il mare" por Sherrill Milnes para
rendir homenaje a barítonos como Fischer-Diskau,
y acabar con la discusión
tenores-barítonos (creada por Donizzetti, sin querer),
aunque prefiero los tenores,
basta con admirar los logros de todos
sin fanatismos.
Sé mis escasos conocimientos.
Salute.
----.1:21 20/05/2012
Coco, hubo voces más potentes, sin duda, incluso técnicamente mejores que esta (eso se dice). DFD sobresalió por su modo de interpretar. Y si bien las cuerdas no se comparan, entre tenores que hicieron algo parecido con el lied está Fritz Wunderlich, que sólo vivió 36 años.
EliminarSaludos, Cavalliere.
Cabizbaja y con la cola entre las patas, también vengo a confesar mi ignorancia. Ya me pongo a escucharlo para desasnarme.
ResponderEliminar¡Levante esa cabeza! Los tesoros de la vida no se descubren todos juntos, por eso vivir es tan interesante...
EliminarBesos, Male.
muy lindo!
ResponderEliminarme emociona como canta...
besos
Pues si sentís eso, no hace falta pedir más.
EliminarBesos, Alelí.
El lied es un género que me costó siempre, aun cuando me gusta la ópera (confieso que me he ido del Colón en medio de una función de un tenor alemán que cantó como mil doscientos lieder, casi me mata). Sin embargo, escucho a DFD en este video y me hace repensar el asunto. Es tan perfecto que asusta. Cada entrada en este blog es un aprendizaje, gracias por eso, Rob.
ResponderEliminarHermes, repiénselo tranquilo, y dedíquele una escuchada cuando pueda (ojalá tuviésemos tiempo en esta vida para conocer todo lo que merece conocerse...)
EliminarSaludos.
Pues le diré con total (brutal?) honestidad lo que fui sintiendo.
ResponderEliminarPrimero recordé a Mafalda diciendo "¡Puf, música para viejos!", y girando el dial de su radio. Después comprendí que ud entrega pequeñas joyitas. Por último noté que este hombre (de lejos parece un gran niño rubio) disfruta de lo que hace.
Siempre es un placer pasar por su blog. Igual, Rob... ¡no humille!
Le confieso que aunque escuché música lírica y sinfónica "desde chiquito", no fue sino hasta bastante grande que empecé a apreciar la música de cámara, más íntima, antes me seducía más el gran volumen de las orquestas. (Me hizo reir con el "no humille", ¡qué tribunera había resultado Ud., amiga!)
EliminarBesos, Maia.
Le cuento: pasé hace unos días, vi de qué se trataba el post y me dije "no es para mí, paso en otro momento"... Es que soy una más en la lista de los que han declarado su ignorancia en materia de música clásica.
ResponderEliminarAhora decidí darle(me) una oportunidad y escuchar. Y puedo decir que me resultó conmovedora la interpretación de este tenor hasta hoy desconocido para mí... y esa música dramática, amorosa, melancólica, me pareció muy hermosa.
Así que gracias por el buen momento, Rob.
Me alegro que esto haya disparado tu interés, Betina. Como muchas cosas que desde afuera parecen difíciles de acceder, basta dar un primer paso y se descubre que no hay barreras: son expresiones de lo humano y "nada de lo humano nos es extraño".
EliminarBesos, Betina.