Calor impiadoso. No moverse de casa parece lo más sensato. La tele no dió más que para ver la madrugadora final australiana de Djokovic-Murray, en la que yo no hacía fuerza por ninguno de los dos, me había quedado sin favoritos tras las derrotas de mis preferidos (en ese orden) Roger y Rafa.
Luego de desayunar, lectura. Y más tarde un rato de exploración en youtube, buscando algo nuevo de los viejos conocidos. Tuve suerte, me topé con una joyita reciente, delicado fruto de la colaboración entre dos notables artistas.
Anne Sophie von Otter es una reconocida mezzosoprano lírica que últimamente también viene incursionando en campos más populares (musicals de Broadway, canciones de sus coterráneos Abba, standards de jazz). El riesgo de una voz de formación lírica metida a interpretar temas populares es que todo suene demasiado pesante, pomposo, "perfecto" ...y aburrido.
Afortunadamente nada de eso pasa en esta versión de "Blackbird", de innegable musicalidad. Sospecho que buena parte del crédito debe corresponderle aquí al inspiradísimo Brad, uno de los mayores intérpretes del piano en el campo del jazz y aledaños que puedan escucharse hoy.
Un doble deleite.