Nace en Viña del Mar, en 1893, en una familia acomodada. Institutrices y profesores particulares la educan. A los 17 se casa. A los 18, nace su primera hija, a los 20 la segunda. Feminista, anarquista, masona. Su marido se revela alcohólico, jugador y violento. Teresa se hace amante del primo de su marido. Un tribunal familiar condena ese adulterio con la separación de sus hijas y su encierro en el Convento de la Preciosa Sangre. Teresa tiene 22 años. Comienza a escribir. Primer intento de suicidio. Escapa a Buenos Aires, se relaciona con artistas bohemios, publica sus poemas. Un pretendiente argentino, al verse rechazado, se suicida frente a ella. Siguientes etapas: Barcelona, New York. En París reencuentra a sus hijas después de cinco años sin verlas. Al partir éstas, el dolor la enferma. El 24 de Diciembre de 1921 toma Veronal y muere con apenas veintiocho años.
Mi opinión sobre las mujeres es tristísima y muchas veces me avergüenzo de ser mujer... Sin ser malas, lo aparentan, son débiles, orgullosas, profundamente estúpidas y vanas. ¡Son animales de costumbre!
Los hombres, son malos de veras, viciosos, insensibles y egoístas. Son incapaces de un sentimiento delicado, que no sea para ellos mismos; pero son superiores... Cuando los veo elegantísimos, irreprochables, diviso a través de su indumentaria al mono, a la bestia carnívora, hambrienta y lujuriosa.
Hay en mi alma un pozo muerto, donde no se refleja el sol, y del que huyen los pájaros con terrores de virgen ante un misterio de cadáveres.
Nada tengo, nada dejo, nada pido. Desnuda como nací me voy, tan ignorante de lo que en el mundo había. Sufrí y es el único bagaje que admite la barca que lleva al olvido. Morir, después de haber sentido y no ser nada...

(¿Qué dicen esos ojos?)

(¿Qué dicen esos ojos?)