Un día puede sucederte...
... que en el instante en que cerrás la puerta de tu casa, siete y veinte de la mañana, aun medio despierto y pensando en una o diez bobadas, descubras ahí, junto a la reja, sobre el pasto, un papel escrito con letra de imprenta. Pensarás: otra propaganda, pero no, estará dirigido a vos, personalmente, aunque no te nombre.
Sin firma ni alardes literarios, te amenazará con represalias por el barullo que arman tus perros. Tus perros de mierda. Y dedicará gentiles calificativos a tu sorprendida persona.
Y entonces sentirás, en el primer día de primavera y por primera vez en tu vida, que para alguien sos persona non grata.
Ah, qué bien! Uno existe.
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