domingo, 17 de abril de 2011

La expectativa

I.


Estás a punto de empezar a leer la nueva novela de [...]. Relájate. Recógete. Aleja de ti cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto. La puerta es mejor cerrarla; al otro lado siempre está la televisión encendida. Dilo en seguida, a los demás: "¡No, no quiero ver la televisión!". Alza la voz, si no te oyen: "¡Estoy leyendo! ¡No quiero que me molesten!". Quizá no te han oído, con todo ese estruendo, dilo más fuerte, grita: "¡Estoy empezando a leer la nueva novela de Italo Calvino!". O no lo digas si no quieres; esperemos que te dejen en paz.

"Si una noche de invierno un viajero" (Italo Calvino)

***


Ahí está, ése es el libro nuevo que estabas esperando. Apenas ayer lo viste en la vidriera de la librería, el impulso de entrar a comprarlo se te hizo irresistibe. En verdad no había urgencia,  un libro de ese autor no desaparecerá tan pronto de existencias y será seguramente reimpreso, además en casa tenías suficiente material de lectura, presente y atrasada, de hecho estabas leyendo otro libro que te gusta y del que todavía te resta bastante. Esto sin contar los que compraste la última vez y todos los demás que aguardan ser leídos hace meses o años en tu biblioteca. Pero ése es el poder irracional de las novedades, poder que se acrecienta cuando estás sobre aviso, cuando estás preparado para dejarte atrapar por lo que prometen.

***

Todavía no has abierto la primera página. El autor es un viejo conocido tuyo, conocido en el sentido de que has leído casi todo lo que él ha publicado. Se trata de una voz familiar, apreciada.

Y más allá del tema que trate ahora, conocés su mundo, su modo de decir, sabés que con él (como con otros excelentes autores) siempre encontrarás esos párrafos, esas páginas en las que te vas a olvidar por completo de que un libro es un producto editorial, que su existencia obedece a leyes del mercado y que, incluso, te ha costado no pocos pesos - digamos cien  -, porque toda la industria cultural, y el escritor en primer lugar, tienen derecho pleno a vender lo que producen.

No, te vas a sentir parte de un diálogo esencial y personal, entre vos y uno que sabe más o sabe diferente, o que incluso sabiendo lo mismo lo dice mucho mejor, alguien que te habla directo, te hace una confesión personal, te responde o comparte con vos la pregunta que tampoco él puede responder, esa pregunta con la que te ayuda a entender la vida.

Y aun ahora, sin haber leído la primera frase, ya te estás sintiendo feliz.

Anticipar, imaginar lo bueno que aun no ha ocurrido, dar por descontado ese placer que sin embargo no será nunca idéntico a tu expectativa - porque te resulta evidente que no sabrías definir con precisión qué es lo que esperás de un libro, aunque lo esperés casi todo.

También esa expectativa es una forma de tu felicidad...


II.

... como la expectativa de un nuevo día que amanece. Así lo cuenta Mr. Elling en un son (con ton) de Mr. Elling-ton (!):

11 comentarios:

  1. La expectativa con que llego a este mar en calma, nunca se ve defraudada.
    Texto y música, un placer para este domingo que ya casi es lunes.
    un beso

    ResponderEliminar
  2. "Y aun ahora, sin haber leído la primera frase, ya te estás sintiendo feliz." Maravilloso!

    ResponderEliminar
  3. Yo también lo espero ansioso (100 pesos???) y que no defraude expectativas. Un abrazo.

    Ps: al Chaco, todo llega más despacio.

    ResponderEliminar
  4. Me has hecho sonreír,,,( gracias)
    Y termine ” el tiempo mientras tanto” ,,
    Y mientras tanto hojeaba uno antiguo
    “Crónicas de una muerte anunciada”,,
    Y en la mesilla de noche ,, entre abierto
    “El vendedor de sueños”,,,,

    Este que nombras no lo he leído,,
    Dios que me picas la curiosidad ¡!,,
    Y andamos entre uno y otro ,metidos en silencios
    Curioso al final ,, todos los terminas de leer,,,

    Como se nota en ese detalle ,, tu parte géminis
    Como otra de mis partes también.

    Me encanto tu escrito , tu melodia pura ilusion.


    Un saludo ,
    (disculpa por la tardanza en llegar
    Andaba un poco, extraviada con un amigo mirando
    El mar.)

    ResponderEliminar
  5. Condesa, no diré que "no la voy a defraudar" porque esa frase tiene triste historia... Saludos.

    Madame, me hace ruborizar... Saludos.

    Curiyú, yo exageré, no fueron 100, sino apenas 99. En fin, los placeres cuestan. Abrazo.

    Lauviah,¿extraviada mirando el mar? Más que disculparte, ¡te envidio con toda el alma! Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Nunca leí Javier Marías, pero nunca leí tantas cosas.

    Ahora estoy leyendo "Elotoño en Pekín" de Boris Vian, que compré el lunes de la semana pasada así en un ataque de consumismo. Entré a una cúspide (nunca compro en esas librerías) y tenía que salir con algo para leer inmediatamente.

    En cuanto a las expectativas hace un tiempo decidí que iba a dejarlas de lado en todo, absolutamente todo lo que hiciera, un instante después me di cuenta que no podía llevar a cabo semejante emprendimiento.

    ResponderEliminar
  7. cr, a Marías lo tengo entre mis autores vivos favoritos. Incluso sin conocer tus gustos en materia de libros me animo a recomendarte que lo leas (y me cuentes).

    Mary, de nada, de nada :)

    ResponderEliminar
  8. cr me ha inspirado un comentario: hace cosa de dos años (creo) la gente de Clarín organizó un encuentro de bloggers, en un boliche muy paquete de Puerto Madero. Decidí ir sin expectativas (no iba a conocer al hombre de mi vida, por decir algo).

    Ud no sabe qué bien la pasé, como nada esperaba, todo resultó un regalo. Gané un juego electrónico en una rifa, me regalaron una remera ya no recuerdo por qué motivo, bailé hasta que cerraron... No pretendí estar super hermosa, no me esforcé de más.

    ResponderEliminar
  9. Maia, "ser natural es la más difícil de las poses", decía Oscar Wilde. ;)

    ResponderEliminar
  10. Tengo pendiente este libro... ahora me dieron realmente ganas de leerlo.

    ResponderEliminar

Free counter and web stats