sábado, 25 de julio de 2009

Pila

Hoy al despertarme reparé en ellos y los conté, tiempo y desatención los han ido amontonado en inestable pila sobre mi mesa de luz. Trece libros, la mayoría leidos, otros dejados a medias (alguno para siempre), otros para releer y también el que estoy leyendo en estos días.

Cuentos Escogidos, Saki, gran cuentista inglés, se lo había regalado a Andrea, con la esperanza de que se entusiame.
Manual del Editor, Manuel Pimentel, inconcluso por ahora
El Sueño de una Teoría Final, Steve Weinberg, abandonado, no me interesó el tema, hace más de un año que debo devolverlo a su dueño.
Negra Espalda del Tiempo, Javier Marías, buena obra de uno de mis autores de culto.
Der Virtuose, Margriet de Moor, novela sobre un violinista, no sé si la retomaré.
Il Gattopardo, Tomasi di Lampedusa, interrumpido por ahora, mi italiano no es tan bueno.
Los Anillos de Saturno, WG Sebald, ensayo fascinante y denso, tal vez mi libro preferido de mi autor actual preferido, merece muchas relecturas.
La Cuarentena, JMG Le Clézio, ambiente opresivo, narración de estilo preciso, denso, no es fácil entrar en su ritmo pero luego quedamos atrapados en ese mundo.
Suite Francesa, Irene Némirovsky, la descubrí con ese libro, altísima literatura, destino trágico.
Diarios 1984-1989, Sándor Márai, sus días finales, su lucidez extrema, descarnada, intensa, cuanto más viva más tendré presentes estas páginas.
Gambito Turco, Boris Akunin, policial livianito, olvidable.
Doctor Pasavento, Enrique Vila-Matas, a la espera de inicio, tengo grandes expectativas por el tema (la vida de Robert Walser) y el autor.
La Música del Hambre, JMG Le Clézio, mi lectura de este momento.

No me disgusta pensar que esta lista también puede ser una de las formas de definir quién soy.

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