martes, 16 de marzo de 2010

(apuntes)

I.

Cuando llego, está mirando una serie en tv, Walker Texas Ranger. Me siento a su lado y hacemos comentarios sobre la peripecia casi ridícula, el protagonista momentáneamente ciego que enfrenta y vence a tres o cuatro rufianes, a piña y patada limpias.

La mujer que le hace compañía nos sirve capuchinos. Mientras la tarde avanza, charlamos de todo un poco, nada serio, a los dos nos gusta bromear, ahora lo tomo casi como un deber. Miro la silla de ruedas y pienso en otros tiempos, en nuestro amor por la música, cuando íbamos juntos a tertulia o paraíso, también en la antigua quinta familiar, la jardinería le apasionaba.

Aún antes, el patio de la casa en que nací, mi triciclo atravesándolo, su protesta por las huellas en las baldosas recién lavadas y todavía húmedas, mi "sistema" para defoliar los  helechos... La vida que viaja al pasado y luego vuelve a situarme en tiempo y lugar, en esta habitación que tan bien conozco, igual a la que fue mía, durante tantos años, en el piso de abajo.

Entonces, con su ayuda, intento dibujar un árbol genealógico, repasar en orden los nombres que he escuchado desde siempre. Desde luego se vuelven a contar anécdotas y destinos de éste y de aquélla. Y por un momento, los que han sido y los que somos compartimos el mismo aire irreal y feliz.


II.

"Happiness was different in childhood. It was so much then a matter simply of accumulation, of taking things - new experiences, new emotions - and applying them like so many polished tiles to what would someday be the marvellously finished pavilion of the self."

John Banville - The Sea

8 comentarios:

  1. Hay un libro de Anne Morrow Lindbergh, se llama "Gift from the sea". Cada página muestra un caracol diferente y las reflexiones que le merecen de acuerdo a su forma, dibujo o color.

    Perhaps this is the most important thing for me to take back from beach-living: simply the memory that each cycle of the tide is valid; each cycle of the wave is valid; each cycle of a relationship is valid. And my shells? I can sweep them all into my pocket. They are only there to remind me that the sea recedes and returns eternally.

    ResponderEliminar
  2. Maia, gracias. Según me entero, esa mujer fue la compañera del famoso aviador. Qué comparación tan interesante hace entre las mareas y las fluctuación de las relaciones personales, es poderosa esa imagen.

    ResponderEliminar
  3. Le dejo link para chusmear el libro... look inside!

    http://www.amazon.com/Gift-Sea-Anne-Morrow-Lindbergh/dp/0679732411#noop

    ResponderEliminar
  4. conciente de que era , tal vez, la ultima vez que veia a mi abuela me acoste con ella y le pedi que me contara de sus abuelos para diseniar el arbol genealogico.
    Fue una pena confundirla mas
    Fue ciertamente la ultima vez

    ResponderEliminar
  5. qué hermoso texto. y la citación al final... beautiful.

    ResponderEliminar
  6. MP: me llega muy hondo lo que contás.

    GoT: qué bueno que te guste. Mi conocimiento de Banville es muy pobre aun, pero me parece un tremedo escritor.

    ResponderEliminar
  7. En la casa de mis abuelos habia un arbol genealógico enorme, lleno de nombres italianos. El último renglón lo ocupaba mi abuelo con sus hermanos y después alguien había agregado con lápiz el nombre de mi padre. Siempre me quedó la imagen de ese nombre garabateado y la sensación de que la vida se parece mas a esa escritura desprolija que a las letras prolijamente estampadas.
    Saludos

    ResponderEliminar
  8. Estimado, no puedo menos que coicidir con su observación. A veces, es sólo la empecinada voluntad de un narrador la que da a nuestros días terrestres un orden que no vemos.

    ResponderEliminar

Free counter and web stats