domingo, 20 de diciembre de 2009

Ruidito

Mañana de domingo, la casa en silencio. Café caliente, libro en mano, sillón preferido del living, paradigma de la dicha hogareña...

De pronto, crujir de maderas. Una, dos veces. ¿De dónde, de qué? Seguramente es el piano que ha reacomodado su alma, después de una noche de tranquilo sueño. O quizás fue la pequeña mesa de juegos, ya centenaria. Vaya a saber. Me quedo alerta unos instantes, el incidente no se repite, intento retomar la lectura.

Pero algo ha cambiado. Ya instalado en mí como un virus pérfido, persiste, misterioso, el ruidito.

1 comentario:

  1. "Porque es algo así como un tiki tiki..." (el papá de Mafalda, obsesionado con el ruidito en su auto)

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