Son muchos los años que ha vivido ese cuerpo. Va cediendo la vivacidad en sus ojos, en sus movimientos, los pasos se acortan, vacilan. También las frases son más cortas, es posible que hasta los mismos pensamientos lo sean.
El tiempo transcurre a otra velocidad. Hay historias que ya fueron mejor contadas antes, ahora son repeticiones abreviadas que se limitan a lo esencial. Cierta tozudez se vuelve evidente.
Nuestra comunicación estuvo construida siempre mucho más en base a silencios que a diálogos; es habitual que algunas cosas no me atreva a preguntárselas, por qué será esto. Y sin embargo tal vez no sea necesario que lo haga, me debería bastar con mirarme en el espejo para saberlas, los años nos van asemejando mucho más de lo que sospechara.
Quizás la vida me lleve por el mismo camino. ¿Quién habrá allí, llegado el tiempo, que me observe y así piense de mí?
martes, 29 de diciembre de 2009
jueves, 24 de diciembre de 2009
Disfruto el hit del momento
"Jauchzet, frohlocket, auf, preiset die Tage!"
(Si Ud. lo pide lo hago, venerado Kapellmeister, lo hago.)
(Si Ud. lo pide lo hago, venerado Kapellmeister, lo hago.)
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Ciencia
Noticiero radial, minutos pasadas las siete de la mañana. Nuestro habitual pronosticador del tiempo nos permite entrever el futuro cercano, vaticinio mediante: lloverá a la tarde.
(El periodista le inquiere a qué hora estima el comienzo del agua. El meteorólogo no es hombre de esquivar desafíos. Su respuesta, como quien hablase del horario de una función de cine, es de lacónica precisión: la lluvia comenzará a las 16:30. Para él, la predicción de estos fenómenos es un oficio sin lugar para el error.)
Tarde del mismo día. Exactamente las 16:31. Comienza a llover.
(En nada empequeñece mi asombro que haya sido apenas un breve chaparrón).
(El periodista le inquiere a qué hora estima el comienzo del agua. El meteorólogo no es hombre de esquivar desafíos. Su respuesta, como quien hablase del horario de una función de cine, es de lacónica precisión: la lluvia comenzará a las 16:30. Para él, la predicción de estos fenómenos es un oficio sin lugar para el error.)
Tarde del mismo día. Exactamente las 16:31. Comienza a llover.
(En nada empequeñece mi asombro que haya sido apenas un breve chaparrón).
domingo, 20 de diciembre de 2009
Ruidito
Mañana de domingo, la casa en silencio. Café caliente, libro en mano, sillón preferido del living, paradigma de la dicha hogareña...
De pronto, crujir de maderas. Una, dos veces. ¿De dónde, de qué? Seguramente es el piano que ha reacomodado su alma, después de una noche de tranquilo sueño. O quizás fue la pequeña mesa de juegos, ya centenaria. Vaya a saber. Me quedo alerta unos instantes, el incidente no se repite, intento retomar la lectura.
Pero algo ha cambiado. Ya instalado en mí como un virus pérfido, persiste, misterioso, el ruidito.
De pronto, crujir de maderas. Una, dos veces. ¿De dónde, de qué? Seguramente es el piano que ha reacomodado su alma, después de una noche de tranquilo sueño. O quizás fue la pequeña mesa de juegos, ya centenaria. Vaya a saber. Me quedo alerta unos instantes, el incidente no se repite, intento retomar la lectura.
Pero algo ha cambiado. Ya instalado en mí como un virus pérfido, persiste, misterioso, el ruidito.
martes, 15 de diciembre de 2009
Meravigliosa Gianna
Braunschweig en los 80, cualquier domingo a la tarde con G. en el Café Kollontai (por Alexandra Kollontai, la revolucionaria rusa): un punto de encuentro alternativo, de feministas, "emanzen", bohemios diversos, estudiantes. Una estrofa en la pared del baño:
if you want to be a hippie
put a flower on your pipi
if you want to be a wife
cut your pipi with a knife
Y la música que sonaba allí, en medio de la Baja Sajonia, era la de ella, la meravigliosa Gianna, aspecto de chico adolescente, energía punk y voz áspera, generosa, cantando sin dejarse nada guardado, cantándose la vida.
Desde entonces me conmueve. También la Gianna de hoy, versión acústica, extrañamente reposada, igualmente intensa:
Meravigliosa creatura,
sei sola al mondo,
meravigliosa paura
di averti accanto.
Occhi di sole,
mi tremano le parole,
amo la vita meravigliosa.
if you want to be a hippie
put a flower on your pipi
if you want to be a wife
cut your pipi with a knife
Y la música que sonaba allí, en medio de la Baja Sajonia, era la de ella, la meravigliosa Gianna, aspecto de chico adolescente, energía punk y voz áspera, generosa, cantando sin dejarse nada guardado, cantándose la vida.
Desde entonces me conmueve. También la Gianna de hoy, versión acústica, extrañamente reposada, igualmente intensa:
Meravigliosa creatura,
sei sola al mondo,
meravigliosa paura
di averti accanto.
Occhi di sole,
mi tremano le parole,
amo la vita meravigliosa.
domingo, 6 de diciembre de 2009
Dulce mundo
I.
Antes, cuánto tiempo hace, en los bares se acostumbraba servir el azúcar en terroncitos. Yo me entretenía sosteniéndolos al ras de mi café con leche y viendo cómo el líquido rápidamente trepaba, pintando en un instante de marrón los prismas y haciéndolos desaparecer. En aquellos días lo único que bebía caliente era café con leche, endulzado.
En el camino mis gustos han perdido simplicidad, también con respecto a la dulzura. Ahora:
el café negro lo tomo sin azúcar
el cortado. o café con leche, o capuccino, o lágrima: con o sin
el chocolate: sin o con
el té: siempre con (salvo el té verde)
el mate esporádico: siempre, siempre sin azúcar (dulce me repugna)
II.
Desde que leí este párrafo de WG Sebald no puedo evitar pensar en esclavos, magnates y coleccionistas casi cada vez que abro un inocente sobrecito de azúcar:
Fue Cornelis De Jong quien me hizo ver que el origen de muchos museos importantes, como el Mauritshuis de La Haya o la Tate Gallery de Londres, se remonta a fundaciones de dinastías azucareras o de algún modo ligadas al comercio del azúcar. De Jong decía que el capital acumulado de diferentes formas de la economía esclavista en los siglos XVIII y XIX sigue estando en circulación, produce intereses e intereses de los intereses acumulados, aumenta y se multiplica, sin cesar un solo momento de rendir nuevos frutos. Desde siempre, uno de los medios más eficaces para la legitimación de estos fondos ha sido el patrocinio del arte, la compra y la exposición de obras y, como se puede observar hoy en día, el aumento cada vez mayor de los precios que en las grandes subastas continúa ascendiendo de una forma ilimitada, ya casi ridícula, decía De Jong.
(WG Sebald, "Los Anillos de Saturno", Cap. VIII)
Antes, cuánto tiempo hace, en los bares se acostumbraba servir el azúcar en terroncitos. Yo me entretenía sosteniéndolos al ras de mi café con leche y viendo cómo el líquido rápidamente trepaba, pintando en un instante de marrón los prismas y haciéndolos desaparecer. En aquellos días lo único que bebía caliente era café con leche, endulzado.
En el camino mis gustos han perdido simplicidad, también con respecto a la dulzura. Ahora:
el café negro lo tomo sin azúcar
el cortado. o café con leche, o capuccino, o lágrima: con o sin
el chocolate: sin o con
el té: siempre con (salvo el té verde)
el mate esporádico: siempre, siempre sin azúcar (dulce me repugna)
II.
Desde que leí este párrafo de WG Sebald no puedo evitar pensar en esclavos, magnates y coleccionistas casi cada vez que abro un inocente sobrecito de azúcar:
Fue Cornelis De Jong quien me hizo ver que el origen de muchos museos importantes, como el Mauritshuis de La Haya o la Tate Gallery de Londres, se remonta a fundaciones de dinastías azucareras o de algún modo ligadas al comercio del azúcar. De Jong decía que el capital acumulado de diferentes formas de la economía esclavista en los siglos XVIII y XIX sigue estando en circulación, produce intereses e intereses de los intereses acumulados, aumenta y se multiplica, sin cesar un solo momento de rendir nuevos frutos. Desde siempre, uno de los medios más eficaces para la legitimación de estos fondos ha sido el patrocinio del arte, la compra y la exposición de obras y, como se puede observar hoy en día, el aumento cada vez mayor de los precios que en las grandes subastas continúa ascendiendo de una forma ilimitada, ya casi ridícula, decía De Jong.
(WG Sebald, "Los Anillos de Saturno", Cap. VIII)
martes, 1 de diciembre de 2009
Sungazing
Existe, me entero hace horas, algo llamado sungazing, una filosofía de vida que proclama los beneficios de la contemplación directa del sol. La idea, no me sorprende, proviene en su versión actual de un indio.
La práctica consecuente de mirar el sol cada día unos minutos durante un año nos aseguraría longevidad y salud, aquí lo asombroso, sin necesidad de ingerir (nunca) alimentos sólidos. Agua, te y jugos bastarían para nutrirnos. Casi como si fuésemos vegetales, capaces de fotosintetizar.
El indio, antes de consagrarse a estos asuntos, fue ingeniero mecánico y se dedicó a negocios bastante mundanos. Ahora, con su prédica estelar, tiene seguidores por todo el mundo.
Nada complicado sería probar la validez o falacia del audaz postulado. Pero creer es más fácil.
La práctica consecuente de mirar el sol cada día unos minutos durante un año nos aseguraría longevidad y salud, aquí lo asombroso, sin necesidad de ingerir (nunca) alimentos sólidos. Agua, te y jugos bastarían para nutrirnos. Casi como si fuésemos vegetales, capaces de fotosintetizar.
El indio, antes de consagrarse a estos asuntos, fue ingeniero mecánico y se dedicó a negocios bastante mundanos. Ahora, con su prédica estelar, tiene seguidores por todo el mundo.
Nada complicado sería probar la validez o falacia del audaz postulado. Pero creer es más fácil.
sábado, 28 de noviembre de 2009
Shinta
Yace ahora sobre el sofá, reposa de su vagabundeo nocturno. Su contribución a la casa es dejarse acariciar a voluntad (suya), ronronear, arañar algún tapiz, cazar, ignorar a uno de los perros y huir del otro, a veces desaparecer en un placard. Casi siempre, quedarse quieto y pasar inadvertido.
Le pregunto entonces si eso es para él el non plus ultra de una feliz felinidad, la plenitud de sus supuestas siete existencias gatunas.

Desde su mirada parece evaluar por un instante si vale la pena dar a la criatura humana una respuesta franca, pero calla.
El understatement es una de sus virtudes.
Le pregunto entonces si eso es para él el non plus ultra de una feliz felinidad, la plenitud de sus supuestas siete existencias gatunas.

Desde su mirada parece evaluar por un instante si vale la pena dar a la criatura humana una respuesta franca, pero calla.
El understatement es una de sus virtudes.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Taormina
De Taormina sé hasta hoy apenas dos cosas: es un balneario en Sicilia, isla de donde proviene mi apellido, y también parte del título de una novela de Silvina Bullrich, "Te acordarás de Taormina". No he leído esa novela, nunca he estado en Taormina, tampoco he visto películas que me la muestren siquiera un poco.
La cuestión es que, en noches recientes, he soñado dos veces casi lo mismo, con ligeras variantes. En el primer sueño es una mujer de la familia la que me anticipa un viaje a T., financiado con una beca que por alguna misteriosa razón se me concedería, o tal vez fuese el premio de un sorteo. La segunda vez es su marido el que habla. Pero en ambas ocasiones se me da la misma recomendación:
"Tenés que ir a la costa y mirar justo hacia el sur. Entonces lo vas a ver aparecer."
Espero ahora con impaciencia una nueva repetición del sueño taorminense para recibir más instrucciones.
La cuestión es que, en noches recientes, he soñado dos veces casi lo mismo, con ligeras variantes. En el primer sueño es una mujer de la familia la que me anticipa un viaje a T., financiado con una beca que por alguna misteriosa razón se me concedería, o tal vez fuese el premio de un sorteo. La segunda vez es su marido el que habla. Pero en ambas ocasiones se me da la misma recomendación:
"Tenés que ir a la costa y mirar justo hacia el sur. Entonces lo vas a ver aparecer."
Espero ahora con impaciencia una nueva repetición del sueño taorminense para recibir más instrucciones.
jueves, 19 de noviembre de 2009
El pasado que vuelve
Mientras me dejo transportar por David Sylvian, recuerdo que hoy a la mañana estuvo un buen rato dándome vueltas por la cabeza una palabra que ya casi nadie usa (la palabra era "albricias") y cuyo significado exacto ignoraba, aunque lo asociaba, correctamente, con una expresión de júbilo. Imaginaba para mí el sonido de esa palabra hasta que poco a poco comenzó a perder su significado, se disgregó y se transformó sólo en una voz animal.
Entonces fue que se me hizo de pronto viva una escena sucedida en mi primera infancia, durante un corto viaje urbano. Mi querida madrina conducía su "millecento", mis primos volvían conmigo a la casa de mis abuelos y yo, al tiempo que miraba distraidamente por la ventanilla, comencé, tan sin propósito como hoy, a repetir una palabra que alguien seguramente había acabado de pronunciar, supongo que yo sólo lo hacía para mis adentros o en voz apenas audible para los demás. Olvidé ahora cuál era esa palabra, no tiene mayor importancia. Pero la escena está tan presente como si hubiese pasado ayer.
¿Pero porqué ese recuerdo de algo tan mínimo dejó su huella, persiste y ahora reaparece, tanto tiempo después?
And slowly I've come to realize
It's all as it should be
That hiding space
A lonely place
How can the right thing be so wrong?
I've found mistakes
Where they don't belong
Entonces fue que se me hizo de pronto viva una escena sucedida en mi primera infancia, durante un corto viaje urbano. Mi querida madrina conducía su "millecento", mis primos volvían conmigo a la casa de mis abuelos y yo, al tiempo que miraba distraidamente por la ventanilla, comencé, tan sin propósito como hoy, a repetir una palabra que alguien seguramente había acabado de pronunciar, supongo que yo sólo lo hacía para mis adentros o en voz apenas audible para los demás. Olvidé ahora cuál era esa palabra, no tiene mayor importancia. Pero la escena está tan presente como si hubiese pasado ayer.
¿Pero porqué ese recuerdo de algo tan mínimo dejó su huella, persiste y ahora reaparece, tanto tiempo después?
And slowly I've come to realize
It's all as it should be
That hiding space
A lonely place
How can the right thing be so wrong?
I've found mistakes
Where they don't belong
domingo, 15 de noviembre de 2009
Cantabile
Dentro de mis gustos musicales, por fortuna variados, incluyo a muchos cantautores que hacen baladas. En esa categoría, la de cantautores baladistas, entraría por ejemplo Arjona, cuyas composiciones se cuentan entre las más difundidas por aquí. Lo digo de una vez: aborrezco la música de Arjona; la detesto apenas un poco menos que sus letras cursis y sus agudos forzados. Nada personal, Ricardo.
Curiosamente, aventuro que si Arjona fuese italiano, mi juicio sería benévolo, hasta lo escucharía con agrado. No se trata de entender o no entender la letra, el italiano lo he aprendido a medias pero me las arreglo. Se trata de una musicalidad inherente a ese idioma, su - para mí - incomparable "cantabilidad".
Ahora, cuando de optar entre italianos se trata, el primer lugar se lo doy sin dudar a uno. Y entre sus muy numerosas obras maestras, por estos días no puedo despegarme de ésta:
Avrai avrai avrai la stessa mia triste speranza
e sentirai di non avere amato mai abbastanza
Curiosamente, aventuro que si Arjona fuese italiano, mi juicio sería benévolo, hasta lo escucharía con agrado. No se trata de entender o no entender la letra, el italiano lo he aprendido a medias pero me las arreglo. Se trata de una musicalidad inherente a ese idioma, su - para mí - incomparable "cantabilidad".
Ahora, cuando de optar entre italianos se trata, el primer lugar se lo doy sin dudar a uno. Y entre sus muy numerosas obras maestras, por estos días no puedo despegarme de ésta:
Avrai avrai avrai la stessa mia triste speranza
e sentirai di non avere amato mai abbastanza
domingo, 25 de octubre de 2009
Stevie para el alma
El domingo va terminando. Antídoto para esta dulce melancolía pre-lunes, recurro al Mago, el de los ojos ciegos y la voz maravillosa, el creador de tanta música que llevamos en el alma:
Let's get high on the happy
With a toast to you and me
Love is here just for the giving
And between us we've got all the love we'll ever need
Gracias, Stevie, por darnos tanta buena energía.
Let's get high on the happy
With a toast to you and me
Love is here just for the giving
And between us we've got all the love we'll ever need
Gracias, Stevie, por darnos tanta buena energía.
miércoles, 14 de octubre de 2009
Hito
Desde el domingo pasado sé lo que es correr y terminar un maratón. El dulce sufrimiento de 42,195 km ha dejado de ser un anhelo veinte años postergado.
Desde el domingo pasado sé que puedo, y que volveré a hacerlo.
jueves, 8 de octubre de 2009
"This Be The Verse"
Hace poco M. escribió en su blog algo que me llegó muy hondo. El mero azar hizo que un libro (de Enrique Vila Matas) que estoy leyendo justamente en estos días me llevara esta mañana a buscar en la web un poema de Philip Larkin. No pude encontrar ese poema, el que cita VM en su libro, pero en cambio me topé con otro, que parece una cruda, desesperanzada respuesta a lo que M. plantea:
This Be The Verse
They fuck you up, your mum and dad.
They may not mean to, but they do.
They fill you with the faults they had
And add some extra, just for you.
But they were fucked up in their turn
By fools in old-style hats and coats,
Who half the time were soppy-stern
And half at one another's throats.
Man hands on misery to man.
It deepens like a coastal shelf.
Get out as early as you can,
And don't have any kids yourself.
Las ásperas convicciones de Larkin no son las mías, y prefiero creer que tampoco sean las de M.
Por cierto, el libro de Vila Matas habla de cómo ciertos acontecimientos que no comprendemos parecen estar dictados por una lógica invisible. Esta coincidencia (el tema de M. y el hallazgo del poema) me lo confirma en carne propia.
This Be The Verse
They fuck you up, your mum and dad.
They may not mean to, but they do.
They fill you with the faults they had
And add some extra, just for you.
But they were fucked up in their turn
By fools in old-style hats and coats,
Who half the time were soppy-stern
And half at one another's throats.
Man hands on misery to man.
It deepens like a coastal shelf.
Get out as early as you can,
And don't have any kids yourself.
Las ásperas convicciones de Larkin no son las mías, y prefiero creer que tampoco sean las de M.
Por cierto, el libro de Vila Matas habla de cómo ciertos acontecimientos que no comprendemos parecen estar dictados por una lógica invisible. Esta coincidencia (el tema de M. y el hallazgo del poema) me lo confirma en carne propia.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
En el último día de septiembre...
... esta frase de Ovidio (en Ars Amatoria):
Persuádete de que estás enamorado, y te convertirás en un amante elocuente...
Muchas veces el que empezó fingiendo, acabó amando de veras
Si intentásemos, veinte siglos después, seguir este consejo, ¿resultaría?
Persuádete de que estás enamorado, y te convertirás en un amante elocuente...
Muchas veces el que empezó fingiendo, acabó amando de veras
Si intentásemos, veinte siglos después, seguir este consejo, ¿resultaría?
lunes, 21 de septiembre de 2009
Persona non grata
Un día puede sucederte...
... que en el instante en que cerrás la puerta de tu casa, siete y veinte de la mañana, aun medio despierto y pensando en una o diez bobadas, descubras ahí, junto a la reja, sobre el pasto, un papel escrito con letra de imprenta. Pensarás: otra propaganda, pero no, estará dirigido a vos, personalmente, aunque no te nombre.
Sin firma ni alardes literarios, te amenazará con represalias por el barullo que arman tus perros. Tus perros de mierda. Y dedicará gentiles calificativos a tu sorprendida persona.
Y entonces sentirás, en el primer día de primavera y por primera vez en tu vida, que para alguien sos persona non grata.
... que en el instante en que cerrás la puerta de tu casa, siete y veinte de la mañana, aun medio despierto y pensando en una o diez bobadas, descubras ahí, junto a la reja, sobre el pasto, un papel escrito con letra de imprenta. Pensarás: otra propaganda, pero no, estará dirigido a vos, personalmente, aunque no te nombre.
Sin firma ni alardes literarios, te amenazará con represalias por el barullo que arman tus perros. Tus perros de mierda. Y dedicará gentiles calificativos a tu sorprendida persona.
Y entonces sentirás, en el primer día de primavera y por primera vez en tu vida, que para alguien sos persona non grata.
jueves, 10 de septiembre de 2009
Mensaje
Un mediodía de fin de invierno, frío y soleado. De pie, rodeamos el hoyo reciente, mientras empleados municipales bajan el ataúd. Llanto, abrazos, flores. Mis ojos, que no pueden ver más, que no quieren ver más y se enfocan en los árboles distantes.
Alguien coloca sobre la tapa una foto de los dos que se amaron, que amaron y que fueron amados. Esa foto: botella al mar que algún desconocido interpretará, cuando también nosotros hayamos pasado.
Alguien coloca sobre la tapa una foto de los dos que se amaron, que amaron y que fueron amados. Esa foto: botella al mar que algún desconocido interpretará, cuando también nosotros hayamos pasado.
lunes, 7 de septiembre de 2009
Mantra
No sé si el tipo es un motivador profesional, si es su estilo, o si apenas fue una ocurrencia del momento. El hecho es que yo venía corriendo, bajo la lluvia, ya con casi 30 km en el cuerpo, y me lo cruzo, él en bicicleta, en dirección contraria. Un desconocido. Normalmente cruzo varios ciclistas, nos ignoramos mutuamente. Éste, en cambio, me gritó, sonriendo, las palabras mágicas:
¡Mente, mente, mente!
A veces todo es tan simple...
¡Mente, mente, mente!
A veces todo es tan simple...
viernes, 21 de agosto de 2009
Redención de las dudas
Mi tía tenía un Wincofon, creo que aun lo conserva, y una muy buena discoteca. Así, a mis diez u once años, llegué a conocer obras sinfónicas, conciertos y óperas. Beethoven fue mi primer favorito entre los clásicos. La versión que tenía a mano de sus sinfonías tal vez no fuese la mejor, tampoco la calidad de reproducción del aparato, pero esos detalles no mermaron mi deslumbramiento. Mis oídos se abrìan a un mundo nuevo y fascinante.
Pasó el tiempo y mis gustos supieron apreciar otras estéticas, Beethoven dejó de ser dominante y dignamente se retiró a un segundo plano. Sin embargo, desde hace pocos años, vuelvo a descubrirlo, habiendo conocido ya a muchos otros, y me sorprende con mayor fuerza el carácter único de su arte. No sólo en las muchas e indiscutidas cumbres de su creación, sino en todo lo que intentó, en todas las vías que él inauguró y exploró.Y en particular me sigue maravillando una característica que veo acentuada en él. En muchos pasajes de sus obras pareciera que momentàneamente su convicción, su norte, vacilaran. Es entonces cuando se suceden las escalas, las modulaciones de tonos en aparente indecisión hasta que, casi como por casualidad, se encuentra la nota exacta, la continuación justa, a menudo acompañada de una explosión de intensidad, de júbilo por el afortunado hallazgo.
Como si el artista quisiera compartir con nosotros no sólo el fruto acabado de su trabajo, sino todo su esfuerzo, sus tentativas, sus vacilaciones. En lugar de abjurar de las dudas las redime, las abraza y las incluye, también a ellas, como parte inevitable de su obra.
El nombre de este blog está tomado del título de una cantata de LvB. Era, en aquel tiempo, una fórmula para desear buen viaje antes de una travesía en barco. No es malo repetirla, aun como metáfora, en estos años inciertos.
Pasó el tiempo y mis gustos supieron apreciar otras estéticas, Beethoven dejó de ser dominante y dignamente se retiró a un segundo plano. Sin embargo, desde hace pocos años, vuelvo a descubrirlo, habiendo conocido ya a muchos otros, y me sorprende con mayor fuerza el carácter único de su arte. No sólo en las muchas e indiscutidas cumbres de su creación, sino en todo lo que intentó, en todas las vías que él inauguró y exploró.Y en particular me sigue maravillando una característica que veo acentuada en él. En muchos pasajes de sus obras pareciera que momentàneamente su convicción, su norte, vacilaran. Es entonces cuando se suceden las escalas, las modulaciones de tonos en aparente indecisión hasta que, casi como por casualidad, se encuentra la nota exacta, la continuación justa, a menudo acompañada de una explosión de intensidad, de júbilo por el afortunado hallazgo.
Como si el artista quisiera compartir con nosotros no sólo el fruto acabado de su trabajo, sino todo su esfuerzo, sus tentativas, sus vacilaciones. En lugar de abjurar de las dudas las redime, las abraza y las incluye, también a ellas, como parte inevitable de su obra.
El nombre de este blog está tomado del título de una cantata de LvB. Era, en aquel tiempo, una fórmula para desear buen viaje antes de una travesía en barco. No es malo repetirla, aun como metáfora, en estos años inciertos.
jueves, 13 de agosto de 2009
lunes, 10 de agosto de 2009
Tarde de invierno
Domingo de agosto, dos y media de la tarde. Salgo con plan de correr 30 km, parte de mi preparación para octubre, cada vez más próximo.
Un persistente viento me va empujando mientras me alejo de la ciudad. La ruta, casi desierta: perros que a veces ofrecen mansa compañía, esforzados ciclistas, esporádicamente algún auto.
Al trote voy dejando atrás los puntos de referencia del mapa mental acostumbrado: la primera loma, el puente de la circunvalación, el cruce de las vías (donde me detiene unos minutos el lento paso de un tren de carga, quizás el único del día), el cementerio privado, el árbol solitario en la banquina con ese pequeño santuario cuyo propósito ignoro, la prolija tranquera de entrada a una cabaña, las líneas de alta tensión, la segunda loma.
El trayecto atraviesa la vastedad de una pampa seca. Hace tiempo esa aridez me abrumaba, ahora es parte de mi. Aprendí a distinguir los detalles de su aparente monotonía; la familiaridad con escenarios frondosos, verdes, húmedos es hoy recuerdo lejano.
Un poco más allá de la escuelita rural, la alta antena que identifica el kilómetro quince marca mi punto de retorno. Adiós al avance fácil: el viento abandona su papel de aliado y se vuelve tenaz obstáculo. Mis piernas resisten, para mi satisfacción y sorpresa todavía un buen trecho, el ascenso de las cuestas. Luego el milagro acaba, la energía desaparece; sin reservas para mayor empresa, no me queda más que respirar hondo y caminar.
Una mujer detiene su pedaleo al pasar junto a mí. Sin preámbulo me pregunta cuánto he recorrido. Cruzamos pocas frases; satisfecha su curiosidad, prosigue. No encuentro a casi nadie más hasta la entrada del parque, muy cerca de casa.
En mi imaginación del momento, de la felicidad máxima sólo me separan la inmovilidad y una taza de café.
Un persistente viento me va empujando mientras me alejo de la ciudad. La ruta, casi desierta: perros que a veces ofrecen mansa compañía, esforzados ciclistas, esporádicamente algún auto.
Al trote voy dejando atrás los puntos de referencia del mapa mental acostumbrado: la primera loma, el puente de la circunvalación, el cruce de las vías (donde me detiene unos minutos el lento paso de un tren de carga, quizás el único del día), el cementerio privado, el árbol solitario en la banquina con ese pequeño santuario cuyo propósito ignoro, la prolija tranquera de entrada a una cabaña, las líneas de alta tensión, la segunda loma.
El trayecto atraviesa la vastedad de una pampa seca. Hace tiempo esa aridez me abrumaba, ahora es parte de mi. Aprendí a distinguir los detalles de su aparente monotonía; la familiaridad con escenarios frondosos, verdes, húmedos es hoy recuerdo lejano.
Un poco más allá de la escuelita rural, la alta antena que identifica el kilómetro quince marca mi punto de retorno. Adiós al avance fácil: el viento abandona su papel de aliado y se vuelve tenaz obstáculo. Mis piernas resisten, para mi satisfacción y sorpresa todavía un buen trecho, el ascenso de las cuestas. Luego el milagro acaba, la energía desaparece; sin reservas para mayor empresa, no me queda más que respirar hondo y caminar.
Una mujer detiene su pedaleo al pasar junto a mí. Sin preámbulo me pregunta cuánto he recorrido. Cruzamos pocas frases; satisfecha su curiosidad, prosigue. No encuentro a casi nadie más hasta la entrada del parque, muy cerca de casa.
En mi imaginación del momento, de la felicidad máxima sólo me separan la inmovilidad y una taza de café.
jueves, 30 de julio de 2009
Sangre
Llegué a la noche a casa y vi su valija ya lista, ahí supe que M. estaba regresando a Buenos Aires.
Sentí desencanto por su imprevista partida, y al mismo tiempo, extraño en mí, una especie de orgullo de sangre.
Viéndole esa sonrisa tan suya, imaginé un futuro en el que también un padre pueda, alterando el orden de la herencia genética, adquirir de un hijo sus virtudes.
Sentí desencanto por su imprevista partida, y al mismo tiempo, extraño en mí, una especie de orgullo de sangre.
Viéndole esa sonrisa tan suya, imaginé un futuro en el que también un padre pueda, alterando el orden de la herencia genética, adquirir de un hijo sus virtudes.
sábado, 25 de julio de 2009
Pila
Hoy al despertarme reparé en ellos y los conté, tiempo y desatención los han ido amontonado en inestable pila sobre mi mesa de luz. Trece libros, la mayoría leidos, otros dejados a medias (alguno para siempre), otros para releer y también el que estoy leyendo en estos días.
Cuentos Escogidos, Saki, gran cuentista inglés, se lo había regalado a Andrea, con la esperanza de que se entusiame.
Manual del Editor, Manuel Pimentel, inconcluso por ahora
El Sueño de una Teoría Final, Steve Weinberg, abandonado, no me interesó el tema, hace más de un año que debo devolverlo a su dueño.
Negra Espalda del Tiempo, Javier Marías, buena obra de uno de mis autores de culto.
Der Virtuose, Margriet de Moor, novela sobre un violinista, no sé si la retomaré.
Il Gattopardo, Tomasi di Lampedusa, interrumpido por ahora, mi italiano no es tan bueno.
Los Anillos de Saturno, WG Sebald, ensayo fascinante y denso, tal vez mi libro preferido de mi autor actual preferido, merece muchas relecturas.
La Cuarentena, JMG Le Clézio, ambiente opresivo, narración de estilo preciso, denso, no es fácil entrar en su ritmo pero luego quedamos atrapados en ese mundo.
Suite Francesa, Irene Némirovsky, la descubrí con ese libro, altísima literatura, destino trágico.
Diarios 1984-1989, Sándor Márai, sus días finales, su lucidez extrema, descarnada, intensa, cuanto más viva más tendré presentes estas páginas.
Gambito Turco, Boris Akunin, policial livianito, olvidable.
Doctor Pasavento, Enrique Vila-Matas, a la espera de inicio, tengo grandes expectativas por el tema (la vida de Robert Walser) y el autor.
La Música del Hambre, JMG Le Clézio, mi lectura de este momento.
No me disgusta pensar que esta lista también puede ser una de las formas de definir quién soy.
Cuentos Escogidos, Saki, gran cuentista inglés, se lo había regalado a Andrea, con la esperanza de que se entusiame.
Manual del Editor, Manuel Pimentel, inconcluso por ahora
El Sueño de una Teoría Final, Steve Weinberg, abandonado, no me interesó el tema, hace más de un año que debo devolverlo a su dueño.
Negra Espalda del Tiempo, Javier Marías, buena obra de uno de mis autores de culto.
Der Virtuose, Margriet de Moor, novela sobre un violinista, no sé si la retomaré.
Il Gattopardo, Tomasi di Lampedusa, interrumpido por ahora, mi italiano no es tan bueno.
Los Anillos de Saturno, WG Sebald, ensayo fascinante y denso, tal vez mi libro preferido de mi autor actual preferido, merece muchas relecturas.
La Cuarentena, JMG Le Clézio, ambiente opresivo, narración de estilo preciso, denso, no es fácil entrar en su ritmo pero luego quedamos atrapados en ese mundo.
Suite Francesa, Irene Némirovsky, la descubrí con ese libro, altísima literatura, destino trágico.
Diarios 1984-1989, Sándor Márai, sus días finales, su lucidez extrema, descarnada, intensa, cuanto más viva más tendré presentes estas páginas.
Gambito Turco, Boris Akunin, policial livianito, olvidable.
Doctor Pasavento, Enrique Vila-Matas, a la espera de inicio, tengo grandes expectativas por el tema (la vida de Robert Walser) y el autor.
La Música del Hambre, JMG Le Clézio, mi lectura de este momento.
No me disgusta pensar que esta lista también puede ser una de las formas de definir quién soy.
miércoles, 22 de julio de 2009
Placeres
Lindo ver, después de tanto, nieve. Rareza en esta ciudad. Lindo a pesar del viento polar que hiela todo lo que toca, y que me hizo cambiar mi diaria rutina de salir a correr por el parque a la tarde.
Al tiempo que miraba volar y entrecruzarse los copos en el aire, mientras por un instante parece que hasta podrían flotar para siempre, refresqué (precisamente) otros placeres olvidados. Y volvieron a mi conciencia (y luego las busqué y las levanté de la web infinita) estas palabras, leidas en mi adolescencia, de un hombre muy sabio:
Satisfacciones
(Bertolt Brecht)
La primera mirada por la ventana al despertarse
El viejo libro vuelto a encontrar
Rostros entusiasmados
Nieve, el cambio de las estaciones
El periódico
El perro
La dialéctica
Ducharse, nadar
Vieja música
Zapatos cómodos
Comprender
Nueva música
Escribir, plantar, viajar, cantar
Ser amable.
Vergnügungen
Der erste Blick aus dem Fenster am Morgen
Das wieder gefundene alte Buch
Begeisterte Gesichter
Schnee, der Wechsel der Jahreszeiten
Die Zeitung
Der Hund
Die Dialektik
Duschen, Schwimmen
Alte Musik
Bequeme Schuhe
Begreifen
Neue Musik
Schreiben, pflanzen, reisen, singen
Freundlich sein
Sólo agregaría al perro el gato. Y con "ser amable", lo reconozco, tengo mis dificultades...
Al tiempo que miraba volar y entrecruzarse los copos en el aire, mientras por un instante parece que hasta podrían flotar para siempre, refresqué (precisamente) otros placeres olvidados. Y volvieron a mi conciencia (y luego las busqué y las levanté de la web infinita) estas palabras, leidas en mi adolescencia, de un hombre muy sabio:
Satisfacciones
(Bertolt Brecht)
La primera mirada por la ventana al despertarse
El viejo libro vuelto a encontrar
Rostros entusiasmados
Nieve, el cambio de las estaciones
El periódico
El perro
La dialéctica
Ducharse, nadar
Vieja música
Zapatos cómodos
Comprender
Nueva música
Escribir, plantar, viajar, cantar
Ser amable.
Vergnügungen
Der erste Blick aus dem Fenster am Morgen
Das wieder gefundene alte Buch
Begeisterte Gesichter
Schnee, der Wechsel der Jahreszeiten
Die Zeitung
Der Hund
Die Dialektik
Duschen, Schwimmen
Alte Musik
Bequeme Schuhe
Begreifen
Neue Musik
Schreiben, pflanzen, reisen, singen
Freundlich sein
Sólo agregaría al perro el gato. Y con "ser amable", lo reconozco, tengo mis dificultades...
lunes, 20 de julio de 2009
Kick-Off
Entre muchísimas, una elegante manera de inaugurar un blog es poner una frase profunda y bien escrita.
A mano tengo un pensamiento de alguien que sabía muy bien su oficio y que en el lapso de su larga y lúcida vida padeció y fue testigo presencial de mucho de lo que conmovió al mundo durante el intenso siglo XX. Una inteligencia sensible y refinada, que incluso eligió desapasionadamente el momento y el modo de callar para siempre.
Sándor Márai, de él se trata, escribió en "Confesiones de un Burgués", primera parte de sus memorias, esta frase que me conmovió por su simpleza y verdad:
"Siempre son los poetas los que transforman el pasto en patria"
Una idea que no ha dejado de encantarme desde que dí con ella.
A mano tengo un pensamiento de alguien que sabía muy bien su oficio y que en el lapso de su larga y lúcida vida padeció y fue testigo presencial de mucho de lo que conmovió al mundo durante el intenso siglo XX. Una inteligencia sensible y refinada, que incluso eligió desapasionadamente el momento y el modo de callar para siempre.
Sándor Márai, de él se trata, escribió en "Confesiones de un Burgués", primera parte de sus memorias, esta frase que me conmovió por su simpleza y verdad:
"Siempre son los poetas los que transforman el pasto en patria"
Una idea que no ha dejado de encantarme desde que dí con ella.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)